miércoles, 17 de diciembre de 2008

Las intermitencias de la justicia


El día de hoy me convertí en una cifra más de la inseguridad ciudadana. ¿Qué se puede decir en estos casos, que no se haya dicho antes? Creo que muy poco. Quizás fueran las fechas, el hecho de venir dormitando, o por esa extraña sensación de felicidad que nos suele dejar los delirios del amor, que el tiempo que duró el atraco me pareció algo tan irreal, algo tan ajeno a uno. Pero lo cierto es que además de mi celular y de los 20 soles que se llevaron, me di cuenta que este tipo de actos se ha vuelto tan natural, tan cotidiano que casi podría ser como si alguien vendiera caramelos o helados. Y quizás sea eso lo preocupante. La manera en como dicha naturalidad pareciera afectarnos a todos, como si hubiera aceptado que todo eso es parte del quehacer diario, de la vida misma.
Y claro, con esto no pretendo decir lo que todos ya saben con respecto a la indolencia con la que actúan las autoridades respectivas, ni que la justicia es una idea abstracta en este país, en donde ahora se suben a un micro y te llenan de plomo sin asco alguno.
Sin embargo no puedo dejar de pensar, que este país, a pesar de todo y de todas las cosas buenas que nos suceden, indudablemente se va al carajo.

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