Buen día, día
Sé que muchos de nosotros hemos oído a los Abuelos de la nada, al menos alguna de las canciones más conocidas, como la clásica: “Mil horas” en donde un joven Calamaro canta de una manera que a muchos de nosotros nos costaría reconocerlo. Tal vez por ahí hayamos oído algunas de las canciones que solemos tararear pero sin saber que son de los Abuelos. Sin embargo, pocas veces se menciona a uno de los precursores del rock en español, aquel muchacho medio loco y medio peleón que asistía a la cueva, y comenzó a gestar una idea propia de lo que debería ser la música y la poesía. Un muchacho que en el 68 ya había comenzado a gestar una banda llamada “Los Abuelos de la nada” que luego dejó a cargo de otro jovenzuelo peleón: Pappo.
Pero no se trata de una biografía más de las tantas que hay, solo es parte de un instinto de compartir con ustedes parte de toda la poesía de Miguel Abuelo, que aun habiendo pasado casi veinte años de su muerte, aun se le sigue recordando, más allá de que su nombre se haya convertido en una plaza bonaerense, aun más allá de todos los tributos y olvidos que se suele conmemorar cada fecha de su muerte, todavía mucho más allá de que su nombre haya sido tomado como un ejemplo más de una terrible enfermedad, que muchos llamaron SIDA provocado por la vida desordenada de los músicos, pero que muchos otros, incluyéndome, lo denominamos: Locura.
Por eso comparto una de sus canciones más preciosas, aunque debería decir que es un gran poema, en la que de alguna manera podemos encontrar parte de la naturaleza vesánica de Miguel, así que sin más preámbulos el poema:
Buen dia, dia
(Miguel Abuelo)
Buen día, día. Día, buen día.
Buen día, perro, mujer buen día.
Arbol buen día, señor buen día.
Buen día, hijo, hermano buen día.
Buen día, dia. día, buen día.
Soy todos tus olvidos
y de todos tus olvidos
aparece mi alimento.
Aqui tu libertad,
aqui tu intención
apelmazada de ser pájaro.
Aqui la piedra de tu risa.
Aqui... mi boca arriba y gritando
Buen día, a todo lo que pasa.
Yo soy el que da rota de tu paso olvidado.
Aquel que te camina,
descalzo entre tus pasos.
Nada sé, no. Nada sé...
Buen día, día. día, buen día.
Buen día, sol, soles buen día.
Tontos buen día, señora buen día.
Buen día, aire, luna buen día.
Aqui tu libertad,
aqui tu intención apelmazada de ser pájaro.
Aqui la piedra de tu risa,
aqui mi boca arriba gritando: Buen día,
a todo lo que pasa.
Juntos cavaremos hasta la superficie de mi tierra.
Tu dolor es amor transformándose en mundo
y una caja es mi cuerpo donde el dolor no cesa.
Adentro mío;
Escarba hoy en tu mano tratando de
ubicarte en la cima.
Embelesate ahora que estas vivo.
Este mundo era ya una loqueria.
Vamos...adelante.
Llevaras todo junto,
llanura y vegetal entrelazado.
Agua sobre fuego y fuego bajo tierra.
Sé bien que tus coros se pondrán
contentos.
Vamos...adelante.
Que suba lo que crece.
Lo que se fue se vaya.
Aqui voy yo.
El que río y río
bajo y sobre las vertientes.
Aqui voy yo,
el que tentó al amigo.
Oíd, oíd, que hermoso ría que suena en tí
llamando, humano, humano, humano...
El pensamiento corre,
el cuerpo baila.
Los ojos iluminan.
La voz llega y escapa.
Por que trastocar la lozanía
que hay en tu alma?
Ah! La estridente coraza.
Oh! La enfrascadora jornada.
Brindo contigo, Holderlin.
Por lo gratis, al bendición etérea.
Y oíganse las manos serviciales.
La tares del amor,
creativo y fraternal.
Buen día, remanso, tempestad buen día.
Buen día, ruta, muerte buen día.
Buen día, día.
Ey! Y si hubieras contraido
compromiso con la muerte?
Y si hubieras muerto acaso?
Peleando o creyendo.
O intentando escaleras para atrapar las
espaldas del cielo?
Hubieras llevado gloria hacia allá
(hacia desde donde ya no se vuelve)
Pero también, hubieras dejado fábula,
utopía y polvo
entre mis cofrades mortales.
Pobre eres si no llevas repletas las arcas
de tu corazón.
Idiota perdido aquel que no se reconozca en un
odio insensato.
Que imbécil no verá su pasión mas
desjuiciada.
Y que clase de rico será
quien no lleve todo junto y en un solo puño
la psiquis y el latido de su pueblo.
Buen día, dia. día buen día.
Buen día estrella, humildes buen día.
Buen día cerca, lejos buen día.
Buen día, buenos locos buen día.
Buen día, mañana. Traición buen día.
Del ultimo sueño vengo,
del ultimo sueño soñado.
Han caído cortezas de mí.
Imperios han venido y desaparecido.
He comido el pan de la locura.
He sido cuerpos de otros cuerpos
y me he despertado en fiestas y caídas.
He sido celoso como mi ángel guardián
y paciente como las arañas.
Tanto he dormido en el azul barro del
invierno como he vuelto desde la blanca luz
de los ciegos del mundo desierto
entre cactus, reptiles y minerales.
Buen día, dia. día, buen día.
Mi joven realidad ya no se busca
en los reflejos de un espejo astillado.
No quiero ser un barco anclado
sobre un río tormentoso.
¡He venido a mover y darle
marcha a la fanfarria!
me fecunda la música que tonifica
el cura.
Los poetas me acusan de deber ser
valiente.
Las artes para siempre,
las musas sin cadenas.
Huelo, como vino, juego.
Me recuesto cara al cielo.
y mi reposo goza en la paz de cada origen.
Buen día, dia.
Adiós barcos anclados sobre torrentosas aguas.
Adiós espejos astillados.
No nosotros, regocijo del rocío
sobre narices esplendidas.
No, no, no,
no nosotros
elásticos elebradores de deseos.
Buen día, dia.
Buen día, futuro venturoso.
Buen día, dia.
martes, 6 de enero de 2009
Miguel Abuelo - buen día, día
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