miércoles, 30 de septiembre de 2009

Totalmente Melocotoneado


Ha pasado exactamente una semana desde que volví de aquel concierto inolvidable, y que seguramente llevaré el resto de mi vida, como uno de mis días más felices. También es cierto que en estos días me encontraba imaginando el tipo de crónica que escribiría sobre aquel concierto, quizás abordar el hecho de haber aparecido esporádicamente en la tele bebiéndome una cerveza, o cantando totalmente hipnotizado, quizás mencionar los insultos lanzados a los camarógrafos de canal N que no nos dejaban ver a Charly, o tan solo simplemente dedicarme a realizar una lista de las canciones, perdón, quise decir: soundtrack de varias vidas tocadas en aquella noche.
Sin embargo no me sorprende que esta noche la dirección de mis palabras giren hacia otra dirección, hacia el sur, cierto, pero no tanto. No hacia Charly, ni hacia aquella noche imborrable, sino que estas palabras, esta nostalgia y este café va hacia un sentimiento que todos decimos conocer, algunos mucho más que otros, y del cual muchos en ciertos periodos, hemos querido adoptar la torpe pose de las circunstancias.
Quizás antes me hubiera sorprendido descubrirme temeroso y casi empolvado al teclear las palabras que se me escapan del corazón, pero a estas alturas, cuando se es menos imbécil a los 25 años, menos posero, menos grosero para con los sentimientos, descubrirme de esta manera, rondando, cayendo, en una boca que es mi boca, en un cuerpo que desde hace mucho es mi cuerpo, en unos ojos que no son otros que mis ojos en los suyos, me alegra. Ser esto lo que soy sin dejar de serlo del todo, me ayuda a que esta noche pueda irme con cierta sonrisa dibujada en los labios, abrazando una herida que no es una herida del todo, y sobretodo luchando para que sean menos los días que no existen y muchos más los fin de semanas que me late el corazón.

2 comentarios:

PaSTiLLa De LuNa LiMóN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
fra di noi... dijo...

mi gran amigo Polanco, el cual me kiere mas cuando estamos aun, mas borrachos, sabes lo peor de todo es ke los puntos suspensivos se vuelvan un circulo, uno vicioso y a la vez imprescindible, el ke te da alito y todo, eso nunka cambiara en mi, al menos ke mis amigos dibujen sus lineas, yo agazapado, los veeré inpavido y a la vez feliz...