Probablemente este sea uno solo de los millones de lamentos que esta noche han sido desbordados hacia la nada. No me acompaña los vasos de cerveza sazonados por la decepción futbolera, ni las cuentas matemáticas que a estas alturas ya no cuentan nada. Tan solo es un post más, de los que seguramente serán publicados en lo que van avanzando las horas, mientras aquel sinsabor a derrota se va acentuando lentamente en los corazones.
Mucho se ha dicho de nuestra selección; desde el regreso de los juergueros, de la ineficacia de Burga, de la falta de compromiso con la camiseta. Así que para que agregar más papa al caldo. Mi lamento, es la de alguien que es parte de esa gran estirpe a la que pertenecen millones de peruanos que nunca hemos visto a Perú en un mundial. Y si bien era cierto de que estas eliminatorias acabaron muy pronto con dichas expectativas, la derrota del día de hoy significó ese golpe definitivo que nos hace guardar las camisetas y olvidar las cábalas en espera del milagro.
Porque hoy (ya lunes), sin ese triunfo que necesitábamos muchas personas, las cosas serán más grises de las que son. Esa búsqueda infructuosa por conseguir trabajo, las peleas con las enamoradas, la absurda monotonía en la que se pueden transformar nuestras vidas, se le suma una expectativa, ya acostumbrada, de esperar un mundial, de realizar una apuesta, en donde tendremos que desear que otro equipo, nunca el nuestro, se lleve la copa.
Tengo 25 años, y derrotas como las sufridas el día de hoy, hacen cuestionarme la esperanza de ver a Perú en un mundial. Good Bye Sudrafrica 2010, «ya será para el próximo como nos hemos acostumbrados a pensar».
Ojala y alcance la vida.
Foto: Miguel Bustamante
domingo, 29 de marzo de 2009
Good Bye Sudáfrica 2010
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