Hace alguna horas, mientras me encontraba revisando material referente al festival del amor, me di con la sorpresa de que acababan de censurar el blog donde pensaba conseguirme aquel concierto. Para muchos que andamos metidos en este mundo de conseguir música difícil y muchas veces imposible, este tipo de actos se ha vuelto tan peculiar, que inclusive ha llegado a tomar matices risorios, pero tan reales que sin lugar a dudas, son preocupantes. Pues estas personas aducen que transferir discos totalmente gratis es un delito que atenta contra las disqueras y los músicos.
Sin embargo la verdad está mucho más matizada de lo que parece. Por ejemplo, por que no decir: que muchos de los discos que se podían bajar en este blog eran conciertos en piano bar, en algún recital, un boliche; o que muchos de estos discos fueron realizados hace muchísimos años, más de 4 décadas, cuando los contratos de las disqueras eran de por vida, y que estas al haber desaparecido o al ser absorbidas por otras, siguen manteniendo cierta presión sobre estos blogs, o sobre páginas en donde se pueden almacenar este tipo de música, por lo que con la amenaza de recibir un juicio o de embargo de bienes o hasta ser acusados por un delito federal con pena de prisión, se han visto en la obligación de tener que sacar ciertos archivos; contradiciéndose a si mismas, al ofrecer a sus usuarios la libertad de poder almacenar lo que los usuarios deseen.
Otro aspecto del cual no se habla cuando suceden este tipo de cosas, es saber, según estos señores, sobre a que tipo de músicos se esta perjudicando. Si bien es cierto que los músicos adquieren un compromiso con sus disqueras, para nadie es mentira que la relación entre ellos es de un amor-odio. Charly García dice: “que la limosina de los productores de discos, esta cubierta por la piel de los músicos” y no hay una imagen que se acerque más a ella que la que dice García. No olvidemos el escándalo mediático que se formó a raíz de que Andrés Calamaro sacase su producción: El salmón. Y como fue que se le vinieron encima muchos productores, aduciendo que sacar en formato de tal envergadura y al precio en que fue sacado, era apoyar la piratería e ir en contra de lo que se estila en el medio discográfico (parecieran como si se hubiesen olvidado una de las características del salmón, que es la de nadar contra la corriente) o de músicos como Fito Paez que decidió fundar su propia productora: Circo Beat en 1998.
Y lo que uno se pregunta, cuando de pronto te dicen que el link de aquel concierto esta roto por ir en contra de los derechos de autor, es: ¿en que le afecta al músico que se pueda bajar un concierto que no ha sido recopilado por ninguna disquera, sino por un fanático que lo grabó de la radio, o que la grabó por celular, o por una grabadora de mano? Pues aparentemente en nada. Y por ahí se ha sabido que han habido fanáticos que pudieron recuperar conciertos memoriales, pero cuyo sonido no ha sido el mejor de todos, y que el amor a poder compartir un material histórico los ha llevado a dedicarle horas de horas a mejorarle la calidad del audio, y que luego de colgar este material con ánimos de compartirlo con las personas que estén interesadas en ello, le rompen el link, o le cierran el blog, y seis meses más tarde, aparece la noticia de que una disquera, viendo que lo clásico nunca muere, cree conveniente sacar una compilación de aquel concierto. (¿Coincidencias?)
Pero volviendo al tema del artículo. Que no es más que una reflexión sobre la ley, ya que estas disqueras dicen estar amparadas bajo la ley, y que la ley es algo que se tiene que respetar, así como el 10% de las ventas que reciben los artistas. Pues una de estas leyes esta prohibiendo a los blog subir música para descargas, así no tengan nada que ver con algún disco que las disqueras estén preparando, así no tenga nada que ver con que se vendan o simplemente su intención sea la de compartir la música.
O como diría Theo, el administrador de Piano Blog, a este paso también nos van a tener que prohibir que las pc vengan sin quemadoras de disco, o que los equipos de sonido, los Ipod, vengan sin la opción de grabar.
Y para finalizar, solo nos queda la reflexión de intentar saber cuales son los límites de la piratería, de la propiedad intelectual, o en todo caso de los que se encuentran desprovistos de la ley.
La intención de estas palabras, no es más que plegarse y decir desde este rincón que: Ni El Baul Plateado, Ni Incunables Posludios, Ni La Cofradía, Ni Zona García, Ni Himno de Mi Corazón, Ni Front Row Center, Ni Los Inconseguibles del Rock Argentino (el blog cerrado), Ni Vigilante Medio Argentino, Ni Los Piratas del Flaco, Ni El Mago de Agua, Ni Oid Inmortales. Así como algunos que quizá me olvido de mencionar, no venden ni comercializan ni ganan nada subiendo y compartiendo material. Toda la ganancia es ganancia material del alma.
Y que es muy probable que si se cierra una ventana, o mejor dicho: al cerrarnos una ventana, habrán otras que se abrirán.
lunes, 16 de marzo de 2009
¿La música no se mancha?
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